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A continuación reproducimos un post de Henry Izurieta, publicado originalmente en Rupturas, en enero de 2014:
Conforme avanza la tecnología, cada vez más aparatos tienen lenguajes de programación. Imagen: Backdoor Survival
Con el software tenemos relación la enorme mayoría de las personas, casi la totalidad no son conscientes de ello. Por ejemplo, en Ecuador en más del 80% de hogares, alguno de sus miembros tiene un teléfono celular. Pues bien, ese aparato funciona gracias al software. Quizá el uso más evidente sea cuando se escribe un mensaje cuyas palabras se completan “automáticamente”. Allí un programa, un software, analizó las pulsaciones y propuso a la persona una o varias palabras y así le evitó digitar toda la palabra.
El software es el conjunto de instrucciones que son ejecutadas en el celular, computadora, televisión, automóvil, Pegaso –el primer satélite ecuatoriano– ¡incluso por las cocinas, refrigeradoras, lavadoras e inodoros! Va unido ineludiblemente al hardware. Permite que esos aparatos hagan “algo”, como prenderse a la hora adecuada, o impedir que se abran las puertas de auto cuando esta en movimiento o que la computadora busque el archivo que creé hace seis meses y del que no me acuerdo el nombre.
Entonces usted convendrá conmigo en que está casi en todo. Vale la pena conocer algo de este ámbito: el lenguaje en que están programadas estas instrucciones.
Los lenguajes de programación
Programar computadoras es un arte, porque aplica conocimiento acumulado por el mundo, porque requiere habilidad e ingenuidad y especialmente porque produce objetos de belleza. Donald Knuth, 1974. Foto: Steve Jurvetson
Ese conjunto de instrucciones llamado software son escritas en lenguajes de programación. Uno de los más difundidos es el conocido como “java”, que es con el que se escriben los programas para la mayoría de celulares. Posiblemente uno de los que más ha contribuido al desarrollo de la informática es el “C”. Hay unos lenguajes muy cercanos a las máquinas conocidos como ensambladores que permiten al programador adentrarse en los chips de la máquina; otros como el “Basic” que facilitan el proceso de aprendizaje de la programación; el “Prolog” para desarrollar la inteligencia artificial. En una lista de lenguajes pude contar más de 600.
La escritura con esos lenguajes es cada vez más compleja, tanto que ha dado origen a lo que se conoce como ingeniería de software que es el desarrollo de programas o sistemas en forma sistemática, metodológica y aplicando conceptos científicos. Estos conocimientos sistematizados posibilitan diseñar programas cuyo nivel más alto de complejidad se denomina Arquitectura del Software.
Con el software sucedió lo mismo que con la mayoría de situaciones en el capitalismo: se funcionalizó. Alguien necesitó realizar ciertos procesos con su información y recibió la ayuda de otro alguien que sabía cómo hacerlo que, a su vez, recibió unos dolarines por resolver la necesidad del primero. Nació el comercio del software. IBM fue de las primeras empresas que construyó computadoras y desarrolló software. Luego, con el aparecimiento de las computadoras personales se produjo un “boom” en el desarrollo de programas. Actualmente se pueden encontrar cientos de miles, quizá millones, útiles para las más diversas actividades.
Apropiándose del conocimiento
Radical, polémico, divertido y hippie. Richard M. Stallman difunde el Software Libre y los principios de compartir y liberar. Foto: Ade Oshineye
Microsoft es la empresa más conocida en el desarrollo de software. Sus productos estrella: Windows y Office, entre muchos otros, le han permitido obtener gigantescas ganancias y a sus dueños estar en la lista de los más millonarios de este planeta. No son los únicos, también están en esa lista los dueños de Macintosh, Oracle y otras empresas. Para proteger sus programas y garantizar sus ganancias los patentaron. Algo aparentemente muy normal. Pero el conocimiento de hoy es base para el conocimiento de mañana. Si yo patento mi programa y este es base para el que usted está escribiendo, pero yo no le autorizo a utilizarlo, ¿Qué pasa? Bajo la legislación actual, simplemente que usted no podrá desarrollar sus ideas, debe desistir de hacer ese programa.
Eso le sucedió a Richard Stallman, un científico del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) una universidad que ha realizado importantes aportes a la ciencia. Él escribió un programa que requería de unas líneas de código patentadas por una empresa. Al solicitar autorización para utilizarlas, le negaron.
De casos parecidos están llenos los juzgados del mundo. Genios de la informática deben limitar su creatividad a la voluntad de empresas que por propia conveniencia impiden el uso de programas que patentaron y con ello limitan el avance tecnológico y científico.
Eso me hace acuerdo de lo escrito por un “dinosaurio” que sostuvo que las fuerzas productivas que en un momento promueven el cambio y el avance, en otro momento lo detienen para proteger sus intereses. Muchos intentan enterrar los aportes de Carlos Marx pero no pueden ocultar que en este caso también tiene la razón.
De paso, los programadores de hoy, en los hechos, son los obreros del pensamiento equivalentes a los obreros fabriles en la época de este pensador. Los monopolios se apropian de las ganancias producidas con el esfuerzo intelectual miles de programadores. Los explotan. Con el aditamento que el proceso de venta es planetario y facilitado por el internet. Tan buen negocio que las empresas tecnológicas están entre las de mayor crecimiento y calificación en las bolsas de valores.
Y nació el software libre
Más que solo programas Stallman tomó una decisión trascendente. Comenzó a escribir los programas desde cero. Así no tendría que pedir permiso a nadie. Pero hizo algo más, patentó esos programas, con la particularidad que en vez de impedir su uso, dejó en libertad a cualquier persona para que los use en lo que desee, pero condicionándolo a que haga lo mismo con los suyos. Es decir, todo lo contrario de lo que generalmente hace una patente.
Por eso, a este concepto se lo conoce como “Copyleft”. En estos días existen varias licencias de ese tipo, Stallman recomienda el uso de la denominada Licencia Pública General (GPL). Así se creó el denominado Software libre que también es un movimiento social a nivel mundial.
Efectivamente, a lo largo y ancho del mundo en más de treinta años se han integrado miles y miles de personas de las más diversas aficiones, profesiones e intereses para entregar su contingente, generalmente gratuito, para desarrollar miles y miles de programas que ponen a disposición de todo el mundo. Todos ellos demuestran un compromiso digno de valorar e imitar.
Además de entregar sus conocimientos promueven valores importantes. Los programas que ellos desarrollan y entregan a la comunidad bajo la licencia GPL cumplen las denominadas cuatro libertades:
Esto le permite ofrecer a toda la comunidad la oportunidad de beneficiarse de las modificaciones. El acceso al código fuente es una condición necesaria para ello. La libertad que propugna el Software Libre radica en la posibilidad que cualquier programador tenga acceso a los códigos del programa escrito por otro programador y pueda hacer lo que quiera.
A su vez, a luz de la licencia GPL, éste debe comprometerse a entregar a la comunidad el producto de su creatividad. Los usuarios, o sea todos, nos beneficiamos porque podemos recibir los mejores aportes del desarrollo del software sin que medie el interés de control de mercado por parte de las empresas del ramo.
También porque las metodologías de desarrollo libres brindan la posibilidad de conocer en detalle lo que hacen los programas en las computadoras, lo que está negado con el otro software que se lo conoce como privativo, dado que nos priva de ejercer nuestra libertad.
Un beneficio adicional, es el de tomar conciencia sobre el concepto de propiedad. ¿A quién le pertenece el conocimiento? En el contexto del capitalismo ¿Se aplica el aforismo: “el conocimiento es universal”?
¡Qué tal si me hace conocer su opinión!
Un aporte a la humanidad
Compartir no sólo permite alcanzar más rápido los objetivos, también implica ser consecuente con los principios que enseñamos en casa. Foto: talkingplant
Es asombroso. Miles y miles de desarrolladores en todo el mundo: norteamericanos, rusos, chinos, ingleses, alemanes, argentinos, italianos, hindúes, franceses, coreanos, sudafricanos han creado un mecanismo de trabajo colaborativo.
¿Cómo lo hacen?
Primero, el lenguaje de comunicación y trabajo que utilizan es el lenguaje de programación: PHP, java, html, Python, Perl y muchos otros.
Han creado espacios en internet en los que comparten sus lineas de código. Un equipo de entre ellos hace las veces de administradores. Verifican el funcionamiento de sus programas, los traducen a multitud de idiomas y los entregan al mundo. Ha sido un aporte enorme, no ausente de vicisitudes y en medio de una lucha contra los grandes monopolios de la informática.
Los servidores de internet, aquellos que posibilitan que la información nos llegue a nuestra computadora o celular, utilizan sistemas libres. También los utilizan las universidades más grandes e importantes del mundo.
Los gobiernos cada vez logran comprender la importancia estratégica del software libre y deciden cambiarse y de paso ahorran importantes cantidades de dinero a sus pueblos, claro, siempre presionados por los negocios o negociados propuestos por los monopolios.
Esos miles de programas se han organizado en distribuciones cuya característica es la de darles unidad, funcionalidad y estabilidad. Una distribución soluciona la mayoría de requerimientos del usuario promedio, incluye programas del sistema operativo y aplicaciones como libreoffice, juegos, educativos, científicos y un enorme etcétera.
Entre las distribuciones más conocidas tenemos a Ubuntu, Mandrake, Redhat, Suse, Arch. Puppy. Stallman creó la FSF (Free Software Fundation) que sostiene que las siguientes distribuciones de GNU-Linux son libres: ututo, trisquel, musix, gNewSense, blag, dinebolic.
Si desea obtenerlas, simplemente búsquelas en internet, descárguelas y siga las instrucciones. Todos los programadores libres se empeñan en aclarar que libre no significa gratis, pero lo cierto es que la licencia privativa de office de Microsoft más económica cuesta cien dólares al año, mientras que el equivalente libre en GNU-Linux que es libreoffice es gratuito.
Los programas libres que tienen costo económico en general solicitan donaciones voluntarias o sugeridas de cinco o diez dólares. Es decir, sus precios generalmente son bajos. Sin embargo, la sostenibilidad económica obliga a pensar en lo que yo denomino la “quinta libertad”.
En Ecuador existen miles de usuarios de GNU-Linux. Un buen número de ellos está integrado en la ASLE, Asociación de Software Libre del Ecuador, -de la cual soy uno de sus fundadores- organización que promovió que el actual gobierno emita un decreto que ordena que las computadoras que utiliza el Estado utilicen software libre; además realiza actividades como ferias en las que se da a conocer más sobre este movimiento y se instala gratuitamente cualquier distribución GNU-Linux en su computadora y de esa manera evita que los usuarios finales del software sean conocidos como “piratas”, mote con el que se conoce a quien utiliza software por el que no paga.
Stallman, que ha venido al Ecuador varias veces, sostiene que el Software Libre es un movimiento político, pero no se autodefine como comunista, que es de lo que le acusan en Estados Unidos. No logra percibir que su activismo es incompatible con el sistema productivo capitalista pues limita la posibilidad de obtener ganancias y promueve la apropiación social del conocimiento. Ambas inaceptables para el sistema capitalista.
Este post muestra dos reportajes publicados en 2009 por Alfaro TV sobre la comunidad de software libre local, así como el FLISOL realizado ese año en Manta. Estos reportajes fueron conservados por Gnufacci.
Nota: La cita de estos reportajes no implica aceptación de las limitaciones de la licencia que ofrece YouTube.
Reportaje sobre la comunidad:
Reportaje sobre FLISOL:
Esta es una lista de otras asociaciones que, en distintos países, impulsan el uso, conocimiento, mejora y compartir el Software Libre: